Producto de la pandemia, múltiples colectivos de científicos y científicas de diferentes áreas -desde sociales hasta naturales- se han organizado y han problematizado las precarias condiciones en que suelen desarrollar su labor. En esta línea, el programa de becas de doctorado internacional fue uno de los primeros recortes, recursos que fueron reasignados para afrontar el COVID-19. Muchos y muchas científicas que se encontraban en el extranjero terminando sus investigaciones, quedaron desprovistos y desprovistas de recursos.
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